Sin embargo, la penetración hasta las capas más profundas de la epidermis sigue siendo el gran caballo de batalla: ¿cómo conseguir que traspasen la barrera natural de la piel? Para ello se han desarrollado equipos de mesoterapia, radiofrecuencia y otras tecnologías que actúan como “agujas virtuales”, pero que, por supuesto, encarecen el coste del tratamiento para la profesional y su clientela.
La fórmula patentada de la cera Cerazyme es la primera en el mundo en mezclar ingredientes solubles en agua sobre una base de aceite. Esto significa que hoy por fin es posible desarrollar un tratamiento cosmético, a la vez que se realiza la epilación.
La primera ventaja del empleo de esta cera se debe al uso de su propiedad osmótica como vehículo para principios activos. Se crean miles de microcanales a través de la dilatación del poro por los que se hace penetrar el principio activo, a la vez que el aumento del riego sanguíneo hace que se posibilite su conducción hasta todos los puntos de la epidermis. La cera crea así una capa osmótica sobre la piel, que impide la pérdida de agentes activos y facilita la absorción de los mismos por el efecto calor, actuando como auténtica máscara cosmética.
El segundo beneficio reside en que esta cera de fórmula patentada está compuesta por una resina sintética que, sometida a una temperatura concreta, permite su aplicación en capas muy finas, envolviendo solamente el vello, lo que hace que la extracción sea prácticamente indolora. Esa temperatura es ideal para dilatar el poro (por eso es más fácil la extracción del pelo) y aumentar la circulación sanguínea, resultando muy agradable, por lo que se puede aplicar hasta en las pieles más sensibles.